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Animales en protestas

El estallido social que se ha presentado en el país desde el año 2019 ha encontrado distintas causas que van desde la desigualdad social, la inconformidad con las políticas económicas y fiscales del gobierno actual, la falta de implementación del acuerdo de paz, el asesinato de líderes sociales, la reivindicación de los derechos de las minorías, la brutal represión de las manifestaciones sociales por parte de la fuerza pública e incluso la destrucción de los ecosistemas nacionales en favor de intereses de ciertos sectores de la industria.

La gente, cansada de un Gobierno desconectado e indiferente, ha encontrado en las calles la única forma de alzar su voz y de conectarse con otros que piensan igual y luchan por un país menos polarizado y más enfocado en reescribir su historia de violencia. Sin embargo, aunque durante estas jornadas se ha usado la música, el grafiti, el baile, la pintura, el teatro y otras manifestaciones culturales como mecanismos de protestas, también se han presentado choques violentos con la fuerza pública que han llevado incluso a la pérdida de múltiples vidas humanas. Para contener el orden público en las distintas ciudades del país se ha evidenciado que la Policía Nacional y el Escuadrón Móvil Antidisturbios- ESMAD, han utilizado gases lacrimógenos, bolillos, tanquetas, balas de goma e incluso armas cuestionadas como el dispositivo Venom que fue implementado en las jornadas del 2021. En muchas ocasiones se ha cuestionado que con estos implementos han existido abusos policiales que han puesto en peligro la vida de decenas de manifestantes, que les han causado lesiones severas y que han ocasionado algunas muertes. Sin embargo la Fuerza Pública ha defendido su actuar e incluso ha optado por ampliar sus “herramientas” para la disuasión del orden público acudiendo en algunos casos al uso de animales como equinos o caninos que son llevados a las protestas sin ningún tipo de protección. Esta última medida, además de tornarse absolutamente inútil en el marco de una protesta multitudinaria, contraviene los principios de protección y bienestar animal y desconoce los mandatos derivados de la Constitución Política, la Ley 84 de 1989 y la Ley 1774 de 2016. Durante un escenario de protesta los animales no sirven como apoyo efectivo a los miembros de la fuerza pública pues los impactos sonoros, de proyectiles, las grandes multitudes, los gases lacrimógenos, no les permiten desarrollar un comportamiento natural y, por el contario, los ponen en altísimo riesgo de sufrir algún tipo de afectación a su salud. Por esta razón, además de los proyectos que se están acompañando tenientes a la reforma de la Policía Nacional con el fin de garantizar la protección a los derechos humanos y la eliminación de los abusos de la fuerza, se presenta este proyecto de ley que busca prohibir tajantemente el uso de animales para la contención del orden público en estos escenarios. La Policía debe velar por la protección de todas las formas de vida, incluyendo a los animales y, en consecuencia, el uso de equinos y caninos como apoyo a la fuerza pública debe estar atado a los criterios de necesidad, proporcionalidad y al principio de protección y bienestar animal.

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