Cuando radicamos este proyecto de Ley por primera vez, este se circunscribía a esas enfermedades terminales que generaban dolores insoportables a un ser humano. Desde el 2021, la Corte Suprema de Justicia abrió la posibilidad para aplicarla a personas que no necesariamente padezcan enfermedades terminales. Es deber de nosotros los congresistas regular esta práctica cuanto antes y que defiende un derecho constitucional.

Si ese sufrimiento afecta su dignidad humana la eutanasia puede ser un mecanismo para evitar ese inmenso dolor si se quiere.

La eutanasia o el derecho para morir dignamente, se inscribe en el orden del respeto al derecho a la libertad y a la autonomía individual, en la medida en que para un enfermo terminal el dolor y el sufrimiento causado por una enfermedad grave o incurable puede hacer de su vida un incesante proceso de denigración y humillación, lo que exige el reconocimiento al derecho a decidir sobre su propio cuerpo y sobre su manera de vivir la vida. Más aun cuando el dolor trasciende de las condiciones físicas en las que se encuentra y afecta su condición psíquica, emocional y espiritual, convirtiendo la prolongación de su vida en un castigo constante.

“Yo que nunca me aplicaría la eutanasia, tampoco estoy de acuerdo en imponerle a otros lo que yo pienso. En una verdadera democracia la libertad no puede ser cercenada por las creencias individuales de sus legisladores o ciudadanos”, aseguró el representante Juan Carlos Losada.

“Tenemos que pensar en estas personas que no quieren someterse a una tortura burocrática para ejercer su derecho a morir dignamente”, agregó el representante por Bogotá.

No podemos seguir viviendo en una sociedad en la que algunas personas con una creencia religiosa pretendan imponérsela a los demás, más en un país que debería ser más incluyente, más laico, en el que todas las religiones quepan sin negar los derechos a otros. La eutanasia en Colombia está legalizada hace 24 años, pero aún no está reglamentada.

El objetivo de esta propuesta legislativa es regular la eutanasia de manera muy precisa justamente para que los prestadores de servicios de salud sepan que ya no es un derecho en abstracto, sino que es un derecho que se aplica a la práctica médica como tal. De esa manera queremos evitar que se le sigan poniendo frenos a ese derecho constitucional de los colombianos.

El proyecto incluye la objeción de conciencia por parte del cuerpo médico, cuando es un médico que por sus creencias no es capaz de realizar este procedimiento. Lo que no se puede es que las instituciones recurran a esta objeción de conciencia porque es a esas mimas instituciones a las que les corresponde otorgar ese derecho constitucional a las personas que lo soliciten.