Ahora bien, para garantizar la salud humana y evitar que se presenten riesgos por el uso de cosméticos, muchos de estos productos pasan por una serie de procesos que evalúan la seguridad de los componentes y del producto final. ¿Cómo lo hacen? Prueban en animales con vida y estudian las diferentes reacciones. Existen diferentes metodologías de experimentación entre las cuales se encuentra el test de Draize, la dosis letal 50, la toxicidad de dosis repetidas, pruebas de carcinogenicidad, toxicidad reproductiva, toxicocinética y muchos más. En resumidas cuentas, los animales son obligados a ingerir, inhalar, recibir directamente en los ojos y otras partes del cuerpo las diferentes sustancias, luego de ser examinados y pasar por diferentes pruebas, estos animales son sacrificados.

Como consumidores debemos entender que nuestras decisiones de consumo tienen consecuencias. Debemos apoyar las marcas libres de crueldad animal y promover pruebas alternativas que no utilicen animales. Para esto existe el sello de “Cruelty free” o “Libre de crueldad animal”, una certificación que se encuentra sobre productos de compañías que por medio de una auditoría demuestran que no realizan pruebas en animales.

Y tu ¿consideras justo el uso de perros, conejos, aves, monos, ratas y demás animales para el beneficio humano?