El impacto ambiental del consumo de proteínas de origen animal, sobre todo de la carne de res, es enorme y ya ha sido suficientemente probado. No hay una sola investigación seria en el mundo que señale lo contrario. Sin embargo, hay una carne que es aún peor para el planeta, y es la carne que usa en su proceso productivo tierra que ha sido deforestada. Según en último reporte del IDEAM, en el año 2020 la deforestación en Colombia aumentó en un 8% con respecto al año inmediatamente anterior. Está demostrado que la ganadería extensiva es el principal motor de la deforestación en nuestro país, lo que implica que la carne de las vacas que son llevadas a las zonas deforestadas en algún lugar termina siendo comercializada. Uno pensaría que esa carne no hace parte de los sistemas de abastecimiento de las grandes superficies comerciales, sin embargo, un informe reciente del Environmental Investigation Agency evidenció cómo grandes superficies como Grupo Éxito compran carne bovina de zonas deforestadas y luego las vende en sus establecimientos comerciales.